• La autora

    Mi nombre es Eva María Martínez. Licenciada en TeI por la UMU en 2009, he trabajado como in-house durante más de 3 años y he dedicado otros cuantos al fansubbing. En la actualidad soy traductora autónoma y coordinadora de la Revista Traditori.

  • ¡Sígueme en Facebook!

  • ¡Sígueme en Twitter!

  • RSS RSS Feed

  • ¿Te ha gustado el blog? ¿Quieres estar atento a las próximas entradas? Entonces introduce aquí tu dirección de correo electrónico y haz clic en «¡Me apunto!». ¡Fácil y rápido!

    Únete a otros 8.701 suscriptores
  • Coordinadora de la…

    Revista Traditori
  • ¡Los traductores NO trabajamos por cacahuetes!

    Join the No Peanuts! Movement
  • Archivos

  • Busca las entradas por categorías

  • Meta

Más vale guardado en mano…

¿Os sentís reflejados? xD

Supongo que la mayoría de vosotros ya tendréis activado el chip de guardar cada 2 minutos el documento en el que estáis trabajando. Yo confieso que he sido de las que se ha podido tirar horas escribiendo en Word sin guardar el documento por perrería pura y dura… por lo que no es de extrañar que haya pasado por todas las situaciones habidas y por haber de catástrofes informáticas con consecuencias que casi rozan lo traumático: que se corte la luz, que salte el automático, que se te bloquee el sistema operativo o el programa con el que estás trabajando, que aparezca esa hermosa pantalla azul con letritas blancas o que se quede la pantalla de un solo color sin saber el porqué son algunas de las «gracias» con las que yo me he encontrado en una de esas en las que llevaba horas sin guardar el documento.
La peor fue con un trabajo de lingüística: se trataba de un análisis traductológico comparativo. Introduje bastantes cambios en varias secciones para reestructurar el comentario, cuando de repente… la pantalla se me quedó de color rosa, así sin más. Y el documento sin guardar. Maldije en arameo y en todo lo que os podáis imaginar, porque la pantalla no volvía. Me tocó apagar a lo bruto y volver a encenderlo. Sobra decir que tuve que meter casi de memorieta todo lo que había cambiado hasta ese momento, que no era poco… y un montón de horas de trabajo a la basura, por supuesto.

También puede ocurrir que vayáis a encender el ordenador un buen día y que os salga la susodicha y ya mencionada pantalla azul directamente, cuando el día anterior te iba tan bien y además lo habías estado utilizando la noche anterior. Y sí, esto también me ha pasado a mí. Resulta que mi disco duro decidió desformatearse solito, el muy majo. Por fortuna, mi novio pudo restaurar el sistema (me pegué un viaje en bus exclusivamente para que me lo arreglara porque yo no tenía el disco del SO) y no perdí los documentos que tenía en el ordenador, porque de haber sido así, me hubiera dado algo (esto me pasó estando en 4.º de carrera).

También puede ocurrir lo que me pasó el lunes de la semana pasada en la oficina, una se esas improbables que, gracias a la ley de Murphy, deja de ser improbable: estaba traduciendo tan tranquila cuando mi ordenador se apagó súbitamente. Al ver que la mujer que viene a limpiar a la oficina estaba pasándole el trapo al sai, lo primero que pensé fue que había tocado algún cable, pero no: solo le había pasado el trapo por encima. Comprobé las luces de la oficina se encendían, que el automático no había saltado y que el sai estaba encendido. Y entonces me fijé en que, con el sai encendido, la luz de la regleta (que estaba en modo I) estaba apagada. Traducción: la regleta decidió pasar a mejor vida. Tuve que bajar a comprar un regleta nueva y ejercer de electricista para seguir traduciendo, pero menos mal que ya tengo la lección aprendida y ahora guardo cada segmento que hago xD.

Moraleja: no confiéis en las máquinas, guardad cada 5 minutos y tened copia de seguridad en discos duros y en DVD o en el formato que queráis de toooooodo lo que hagáis. Os lo dice una experta en catástrofes de este tipo.

Y vosotros, ¿tenéis alguna anécdota que contar al respecto? ¿En qué soporte soléis hacer las copias de seguridad?

Deja un comentario

12 comentarios

  1. A mí me pasó con un maldito virus que puso en jaque hace unos cuantos años un trabajo importantísimo de la carrera. Por suerte, conseguí eliminarlo en modo a prueba de errores después de pasar por varios programas de eliminación de troyanos, malware y demás bazofia. Fue una auténtica odisea y me pasé dos días implorando no perder el trabajo porque casi me iba la vida en ello.

    Y claro está de apagones, formateos improvisados y demás maquinaria del mal no nos libramos nadie. Por eso, ya aprendí a darle al botón guardar compulsivamente. Ahora ya es rutina como hacer constante backup con los archivos que no me puedo permitir el lujo de perder.

    Responder
  2. Judit

     /  25 julio, 2011

    Yo estoy muy contenta con mi ordenador, pero de vez en cuando decide darme algún sustito para llamar la atención y me da los buenos días con un pantallazo azul… Lo que hago desde que empecé a trabajar de autónoma es grabarme copias de todo una vez al mes. Bueno, una vez al mes es como empecé y lo que sería perfecto, pero este finde pasado me puse a copiar y me di cuenta de que la última copia de seguridad fue en octubre. Lo que sí que hago mucho, si veo que el ordenador me hace algo raro y estoy haciendo algo relativamente urgente, es enviarme el archivo en cuestión al correo electrónico, así si el ordenador me falla, cambio de ordenador y sigo con el archivo y ya, cuando lo acabo, me armo de paciencia y me pongo a arreglar mi ordenador.
    Pero vaya, reconozco que soy bastante dejada con estas cosas, sé que mi portátil tiene una opción automática que te hace copias de seguridad de todo, incluidos los programas que tienes instalados para que, en caso de fallo grave del sistema, se pueda reinstalar todo tal y como lo tenía, pero es algo que voy dejando en mi lista de tareas pendientes (hasta que un día será demasiado tarde).

    Responder
  3. Para copias de seguridad, lo suyo es una combinación de copias de seguridad locales y remotas, ambas automatizadas y al menos diarias. Eso de hacer una copia al mes «si me acuerdo» es peligroso, porque luego no te acuerdas. Lo digo por experiencia propia. Para copias locales, recomiendo PureSync, para remotas uso Mozy, aunque casi todo el mundo usa Dropbox. Hay gente que además hace una copia anual o mensual (según la carga de trabajo) en soporte óptico o cinta, pero esos ya son profesionales con armarios ignífugos o almacenamiento remoto (casa y oficina, por ejemplo).

    Para minimizar las corrupciones del sistema, lo suyo es tener una imagen de la partición en su estado óptimo, con los programas necesarios ya instalados. Si esto lo combinas con un PC secundario para emergencias, puedes continuar trabajando ante cualquier fallo técnico.

    Por otra parte, ciertas herramientas de traducción incluyen la opción de guardado automático del documento cada X minutos. Curiosamente, las más populares, TagEditor y SDL Studio no tienen esta opción, mientras que Word, SDLx, MemoQ y Déjà Vu X sí. De hecho, esta última no tiene ni botón de guardado, mira si son chulos los desarrolladores (españoles, por cierto).

    Responder
    • Judit

       /  25 julio, 2011

      Te voy a contratar para que me des un curso para las copias de seguridad y sobre todo para lo de la imagen de partición, que ahí ya me pierdo.

      Responder
  4. Por supuesto, yo también he pasado por todas esas situaciones que mencionas: cortes de luz, colgamientos de programas, pantallas que se ponen de todos los colores imaginables (en mi caso, verde o negro), sistema operativo que, de un día para otro, decide dejar de funcionar como dios manda y toca reinstalarlo… Por eso es fundamental no solo guardar los cambios de los documentos cada pocos minutos, sino también hacer copias en soportes externos (discos duros, memorias USB, Dropbox, correo electrónico) para poder acceder a los archivos en cuestión aunque el ordenador muera o decida ponerse en huelga. De nada sirve guardar los cambios cada dos minutos si luego el ordenador casca y no puedes recuperar el documento porque está en el disco duro fenecido. Yo guardo todos los días en Dropbox y en una memoria USB los documentos con los que estoy trabajando en ese momento o que he modificado ese día, y una vez a la semana hago una copia de seguridad de toda la carpeta «Mis documentos» en un disco duro externo. Por supuesto, también paso todas las semanas el antivirus y los demás programas de seguridad y limpieza que tengo para asegurarme de que no se acumule basura o bichejos en el ordenador que puedan hacerme alguna putadilla. Os dejo aquí una entrada que escribí hace algunos meses sobre el tema: http://eltraductorenlasombra.wordpress.com/2011/03/11/software-para-traductores-3-la-importancia-de-las-copias-de-seguridad/

    Un saludo,
    Isabel

    Responder
  5. .Leídos el artículo y todos los comentarios anteriores, está más que clara la necesidad de copias de seguridad externas y de un sistema de seguridad cuasi-infranqueable. A saber:

    a) enrutador en «modo no promiscuo»
    b) antivirus actualizado
    c) cortafuegos actualizado
    d) antispyware actualizado

    Tampoco hemos de olvidar un de un par de cosas, en cuanto al mantenimiento cotidiano del ordenador:

    e) a) depuración, desfragmentación y compresión del registro de Windows
    f) b) depuración y eliminación de ficheros temporales e innecesarios el disco duro
    g) c) tener todos los controladores del sistema operativo y de los programas siempre actualizados
    h) h) desfragmentación y comprobación de errores del disco duro, si es necesario

    Y ahora, debido a las altas temperaturas, tampoco está de más una buena refrigeración interna del ordenador, sea mediante refrigeración por agua, sea desmontando las tapas laterales del ordenador y dejándolo abierto.

    Así, de paso, también podéis pasarle un aspirador de coche (con el ordenador apagado y puesto a tierra), porque el polvo atraído por la electricidad estática es uno de los perores enemigos del ordenador.

    Y, también, por si os encontráis algún tornillo, o alguna pieza suelta…

    Responder
  6. La verdad es que a estas alturas es un poco ridículo que la mayoría del software que usamos no guarde automáticamente los documentos en los que trabajamos. O más bien que el sistema operativo no incluya esa funcionalidad. En mi caso uso un Mac, y en la última versión del sistema han añadido esa funcionalidad, con lo que el usuario no tiene que acordarse de guardar constantemente su trabajo; además guarda versiones que registran los cambios que vamos aplicando al documento, por si queremos volver a un estado anterior o coger parte de una versión previa del archivo. Antes de esto ya existían programas que ofrecían esta funcionalidad básica (Office, por ejemplo, aunque nunca me he fiado mucho de las versiones que guarda), e imagino que Microsoft estará trabajando en algo parecido para Windows.

    Yo también he sufrido mi dosis de sustos y mi mano izquierda ya tiene el gesto automático de pulsar comando-S para guardar, que uso casi compulsivamente. Dropbox también ayuda, porque a los pocos segundos (si el archivo es pequeño) hay una copia en la nube, que además podemos restaurar si la que tenemos en el ordenador se ha fastidiado por algún motivo (otra funcionalidad que me ha salvado más de una vez). Por supuesto hacer copias de seguridad es esencial; en mi caso uso un disco externo que se actualiza con los contenidos del disco de arranque, y que en caso de un fallo total del disco interno me sirve para arrancar el sistema. De nuevo, otro salvavidas que también he necesitado.

    Aunque sea un poco enfermizo, guardar constantemente no deja de ser recomendable si el software o sistema operativo que usamos no guarda automáticamente los documentos. Me viene a la memoria un caso de hace unos años; estuve dando soporte técnico durante unas oposiciones de enseñanza para escuelas de arte, y había un ejercicio de edición de vídeo con ordenador. Una de las opositoras hizo TODO el montaje sin guardar una sola vez el proyecto, y cuando casi había terminado el programa tuvo un error y se cerró, perdiendo todo el trabajo que había hecho; le permitieron volver a empezar en otro ordenador, pero es que la muchacha VOLVIÓ a hacer lo mismo: trabajar y trabajar sin guardar ni una sola vez, y el programa volvió a cerrarse y por segunda vez perdió el proyecto.

    Responder
  7. Pablo: lo divertido es cuando una actualización de Windows o de un controlador vía Windows Update te tumba el sistema y tienes que volver a un punto anterior. A mí me ha pasado. Dos veces.

    Responder
  8. Puede que mis modos sean algo rudimentarios, pero yo suelo hacer copia en un disco duro externo y enviándome a mí mismo los archivos por correo electrónico. En el disco duro sólo tengo la versión más reciente (que he ido sobreescribiendo cada vez). Y la ventaja del correo es que, sin necesidad de cambiar el nombre al documento, vas guardando (enviándote) las diferentes versiones cada vez más avanzadas, cada una con su fecha/hora, de manera que puedes volver a recuperar versiones anteriores con contenidos que luego borraste o cambiaste (sobre todo en el caso de una tesis doctoral, va muy bien, porque suele ocurrir que te des cuenta de que todo lo que has hecho en la última semana era absurdo o estaba mal, que has borrado / cambiado cosas que ahora quieres mantener, etc…). Para esto lo mejor es un servidor de correo que te agrupe los diferentes e-mails en una misma conversación (como uno que empieza por G…), así no tienes las diferentes versiones desperdigadas por tu bandeja de entrada, sino todas juntitas, y por orden cronológico. Mientras no ocurra una catástrofe en la sede del señor «G» y se borre todo lo que almacenan sus ordenadores, para mí es lo mejor.

    Responder
  9. @Jordi: no utilizo Windows Update por razones obvias, entre las cuales la que has mencionado. En su lugar, utilizo un software que hace todas esas cosas automáticamente (Uniblue Powersuite), pero que no quería mencionar de entrada, por aquello de la publicidad…

    Responder
  10. Ester Vicente

     /  28 julio, 2011

    Hola, Eva… ¡Sorpresa! Cuánta razón tienes… y cuánto me puedo imaginar tu sufrimiento teniendo en cuenta que sé lo que costó hacer aquel famoso trabajo de lingüística de segundo de carrera, jajajaja. A mí me pasó una vez lo del dichoso corte de luz en primero y me juré que nunca más me volvería a pasar… En aquel trabajo de lingüística (menudos tochos hicimos tú y yo, ¿eh?) iba guardando cada una de las frases nuevas que iba insertando, me mandé el trabajo veinte veces al correo electrónico, en el pendrive… Lo único que sabía es que no quería que aquello me volviera a pasar, y menos con un trabajo que requería tanto esfuerzo…

    ¡Saludosssss!

    Responder
    • ¡Toma, qué sorpresa verte por aquí! 😀 Madre mía, lo de lingüística… fue un parto en toda regla. Conque al año siguiente ya puso límite de páginas… nos subestimó de lo lindo la mujer, jajajaja.
      Yo aparte de mandarlos al lápiz de memoria me los mando al correo, por si las moscas. ¡Ya no me fio ni de mi sombra!

      ¡Un saludo y gracias por pasarte! 😀

      Responder

Replica a Eva María Martínez Cancelar la respuesta