Leyendo el debate sobre el doblaje de películas en España en el blog de Bartman de Jesús Álvaro (gracias Verónica por compartirlo vía Twitter) me he encontrado con las siguientes declaraciones de Ángel Gabilondo, Ministro de Educación español, donde propone revisar el doblaje para mejorar el nivel de inglés en los españoles.
Todo esto me parece muy bien: está claro que en España no tenemos cultura de idiomas y que hay muy poca gente que sepa manejarse y desenvolverse bien en una segunda lengua extranjera. Eso ya lo sabemos todos. Pero hay una cosa que me hace gracia y no deja de resultarme irónico, y es el poco cuidado y el poco énfasis que ponemos en nuestro propio idioma. Antes de preocuparnos por cuántos idiomas extranjeros sabemos, deberíamos preocuparnos por el nivel que tenemos de nuestra propia lengua, que en España es bastante pésimo y está más que demostrado. No dejo de ver en las noticias comentarios sobre lo mal que escribimos los españoles y lo (casi) catastrófico de la situación en cuanto a ortografía se refiere por la influencia de la escritura chat y móvil, sobre todo en niños y jóvenes. La manía de cambiar la c por las k (no sé a cuento de qué, porque ocupan exactamente lo mismo), no saber distinguir entre «haber» y «a ver» (fallo con el que me sangran los ojos y que por desgracia lo veo continuamente), escribir verbos compuestos sin hache, cambiar b por v alegremente, etc. Y de las tildes mejor ni hablamos, claro, eso ya es misión imposible. Lo peor es que estos fallos no se limitan a los niños pequeños y a los jóvenes (que me parece muy grave), sino que conocidos míos que han acabado o se están sacando una carrera también cometen fallos de este tipo, lo cual me parece una aberración. Está claro que eso es un problema de base: en los colegios no se hace lo suficiente para obligar a los niños a memorizar, no son lo suficientemente duros como para obligarlos a tener una ortografía limpia y libre de errores. Y desde luego, no son capaces de educarlos para irse a un diccionario o a una gramática cuando tengan dudas sobre ortografía. Porque encima, levantar el culo de la silla para ir a buscar un libro que ni te importa ni te interesa, cuesta trabajo.
Hay otro pequeño detalle. Si a los niños no se les obliga a fijar su lengua materna al tiempo que aprenden un idioma extranjero, terminan mezclando la ortografía de ambas lenguas. Algunos ejemplos (tanto de inglés como de francés): garaje / garage, gobierno / goverment (govierno), deber /devoir (dever), haber/ avoir (haver). No sé si os parecerá una chorrada, pero de estas me he encontrado a montones. Y sólo se soluciona a base de memorizar, cosa que parece que cada vez se practica menos. Porque leer ayuda mucho, pero resulta que siempre no es efectivo para ayudar a mejorar las faltas de ortografía. Tengo un conocido cuya pasión por la lectura era bestial, y a pesar de engullir libros y libros, tenía unas faltas para morirse. Y las preguntas eran del tipo: ¿Huelva se escribe con b o con v?
Y ahora retomo mi primera idea. Me parece un fallo pensar que aprender una lengua extranjera es más importante que dominar la tuya propia, y esto nos lo tenemos que aplicar los traductores con especial ahínco. Tenemos que conocer muy a fondo los idiomas con los que trabajamos con todo lo que ello implica (cultura, costumbres, etc.), pero jamás de los jamases podemos descuidar el español; no olvidemos que, al fin y al cabo, trabajamos hacia nuestra lengua materna, y un buen resultado siempre va a depender del conocimiento que de ella tengamos. Una buena traducción tiene que sonar a español, no podemos dejar que haya interferencias. Si pensamos que las hay, lo mejor es pasársela a alguien que no tenga conocimiento de idiomas extranjeros (familiar, amigo, pareja) y pedirle que se lea el escrito y que te diga si ve algo que le suene «raro» para poder reformularlo.
Y si esto es importante en traducción, imaginaos en interpretación, donde tienes apenas unos segundos de reacción para reformular toda una manera de interpretar una realidad. El público te tiene que entender, y para poder entenderte, tienes que transmitir en español, y no en algo que se le parezca porque suena a español pero está construído en base a un montón de estructuras ajenas a nuestra manera de expresarnos.
No sé qué opináis vosotros, pero a mí desde luego me indigna leer declaraciones como las de Gabilondo. ¿Que hay que mejorar el nivel de aprendizaje de idiomas en España? Por supuesto. ¿Que se debe fomentar la salida de alumnos al extranjero en la ESO y en Bachiller? Lo veo buena idea, por qué no. Al fin y al cabo son experiencias y es una manera de abrir mundo a los jóvenes. ¿Que deciden imponer una prueba oral en selectividad para los idiomas extranjeros? Lo veo lógico, una lengua es algo vivo y la realidad es que se habla, aunque para eso habrá que obligar primero a los institutos y colegios a que las clases se den casi íntegras en el idioma, cosa que apenas se hace. Pero antes de preocuparnos por todo esto, vamos a preocuparnos por el nivel de lengua española, que al fin y al cabo, es nuestro vehículo primario de comunicación. ¿Os imagináis presentaros a un proceso de selección de una empresa y ser capaces de pasar impecables una prueba de idioma, pero cometer varios fallos gordos durante la entrevista en español? (dequeísmos, laísmos, loísmos, usar palabras de manera incorrecta porque no sabéis su significado, pero «quedan bien»…). A mí me daría mucha vergüenza que me tiraran para atrás por no dominar mi idioma. ¿Y a vosotros?