Tras mi larga ausencia por estos lares, vuelvo a la carga con un tema un tanto espinoso cuya idea me ha venido por la traducción al español de un manga en fansub que leí hace poco. Hoy vamos a tocar el tema de la traducción de elementos sexuales.
Esto no es algo que nos pille de susto y tampoco es algo que aparezca sólo en libros o películas eróticas o que tengan como fin primordial el sexo, ya que éste es un elemento que suele ir muy ligado evidentemente al romanticismo en su forma más «light», al terror en multitud de formas (sólo tenéis que ver las películas de terror adolescente, siempre aparece alguna escena escabrosa en alguna casa de campo antes de que vayan a morir todos) e incluso al humor (American Pie). Lo mismo podemos aplicar a los libros; Stephen King es muy dado a escenas bastante fuertes de sexo en sus obras, y otros autores como Noah Gordon en «El médico» o Ken Follet en su archiconocida «Los pilares de la tierra» incluyen también escenas de mayor o menor magnitud. Incluso en ciertos dibujos animados salen términos relacionados con esta temática (Los Simpson). Está claro que siempre no lo vamos a traducir igual, de nuevo dependemos de:
- la intención del autor
- público al que va dirigido la traducción
- finalidad de la escena en contexto (erótica, romántica, pasional, terror, suspense, diversión…)
- Por supuesto, lo que nos mande nuestro cliente
- El propio registro en que esté escrito el original
Principal problema con estas escenas: tomar la medida de manera que no nos pasemos de vulgares, pero tampoco de finos, ya que cualquiera de los dos extremos puede echar por tierra la traducción. Para colmo, la lengua española es muy rica en sinónimos para el tema del sexo, por lo que el espectro en el que nos podemos mover es amplísimo. Eso sumado al pudor que al traductor pueda darle utilizar cierto tipo de palabras o que el cliente mismo las vete puede darnos algunos problemas para pincelar los resultados finales de la obra.
Por ejemplo, en los Simpson utilizan la palabra «achucharse» como sinónimo de «hacer el amor». Se tiene en cuenta que puede haber un público infantil (aunque esta serie está creada para mayores) y que dentro de los mismos dibujos puede haber niños presentes en ciertas ocasiones (Lisa y Bart) en escena, aunque no sea directamente, pero pueden estar presentes en habitaciones contiguas. Además, suelen ser escenas melosas, por lo que se necesita un término dulce medio camuflado para los niños.
Sin embargo, no podemos utilizar el mismo registro en una escena pasional, como el encuentro entre dos amantes, donde además hay una tensión añadida por el riesgo de que los puedan pillar. Aunque en estas escenas no suele haber mucho diálogo en el caso audiovisual (se pasa directamente a la acción), sí que se suelen describir con mayor detalle en un libro (de ahí lo que vemos en la pantalla, eso es de perogrullo), por lo que quien las va a pasar canutas en este caso es el traductor literario, no el audiovisual. Por ejemplo, ¿qué término utilizamos para referirnos en un caso como este al pecho femenino? ¿Pechos, senos, tetas? (Dejemos de lado las comparativas con frutas, eso es mucho más vulgar). Y para referirnos al acto en sí? El espectro va desde «hacer el amor» si lo queremos suavizar hasta «echar un polvo». Claro que siempre tendremos la referencia original, y en el caso del inglés cada expresión tiene su equivalente, unas con más variantes que otras; pero imaginemos que estamos ante una lengua que sólo tiene una expresión para referirse al acto sexual, o que como mucho tenga 2, una formal y una vulgar (no sé si existirá, esto es hipotético). ¿Qué hacemos entonces? Tenemos mucho más donde elegir, y siempre no podemos ser literales; tenemos que adaptarnos a la naturalidad de nuestra lengua, de las expresiones que nosotros usamos en estos casos. Si no, mandamos el ambiente de la escena a freir espárragos.
La segunda parte de este mundo son las onomatopeyas, sobre todo en cómic y en audiovisual. Eso (para mayor o menor divertimento) también hay que traducirlo. Todos sabemos que no ladra igual un perro inglés que un perro español, pues habrá ocasiones en estos casos en que haya que adaptar la onomatopeya a la lengua de destino.
Así que para que veais la problemática más en profundidad (puesto que estoy evitando poner aquí expresiones soeces para que no me veten el blog), os dejo el enlace del manga que me ha inspirado este post. Sin ser un manga cuya temática principal (aunque tal vez sí secundaria) sea el hentai, Koe de Oshigoto se basa continuamente en referencias sexuales: una chica de 16 años comienza a trabajar en la empresa de su hermana como dobladora de juegos para adultos. Podréis fijaros en que la finalidad primera del manga es el humor, pero juega con la situación de meter a una pobre niña inocente en un mundo que desconoce, mientras todos los demás están más que acostumbrados a ello. Si lo leeis, veréis que parece estar escrito en español desde un principio. ¿Por qué? Porque suena natural, así que mis felicitaciones al traductor!!